lunes, 4 de enero de 2010

El ambiente de un año nuevo...

Es extraña la vibra que se siente por estos días. Entre navidad y año nuevo todo es buenos deseos. Ya se convirtió en expectativa el tradicional saludo a quienes vimos el año pasado entregando nuestros deseos de año nuevo. El saludo rompe convenciones, saludamos al guardia del metro, a la señora de la cafetería, amigos cercanos y no tanto... la festividad nos hace amables y cercanos. La emotiva fecha nos recuerda los frágiles que somos, acorta las distancias. Y me parece de particular significación que algo así ocurra en una ciudad como Santiago, tradicionalmente fría y distante. Una colombiana de intercambio me decía que le sorprendía la seriedad con que la gente va en el metro o camina por las calles. Le costaba comprender que no conversaran porque sí o no se sonrieran con un amable "buen día". La vibra de estas festividades se siente, pero lo lamentable es que creo que se siente por su marcada ausencia durante el resto del año. Si fuera la tónica anual, quizás no llamaría la atención. O quizás sería aún más fuerte. Lo cierto es que sería una ciudad mucho más amable si el ambiente de festividad nos hiciera sonreir de vez en cuando buscando dar alegría en vez de momentos sin alma durante nuestros días.

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