jueves, 14 de octubre de 2010

Los 800


Solo porque sé que todos los medios hablan de los mineros, es que no me referiré mucho a ellos. Todos estamos felices de que estén afuera y no puedo dejar de pensar que en su lugar, simplemente no sé si habría sobrevivido. En un momento que escuché la radio, fue el primer momento que me emocioné. Lo que la tele no logró en mí, lo logró la radio al poner énfasis en un pequeño niño que esperaba a su padre atrapado y que le gritaba desesperado "papito, ven... vamonos para la casa por favor!". En ese momento sentí más que nunca que algo no estaba bien. Más allá de la solidaridad que pueda sentir con la felicidad que en este momento estas familias sienten, de que su espera ha terminado, muy poco creo que nos queda de lo que realmente está detrás de esta historia. Pero más allá de eso, creo que es el encegecedor del semestre. Mapuches y otras demandas sociales han quedado al alero esperando que alguien pueda notar que ellos también están sufriendo. Quizás no al extremo de estar atrapados en una mina, pero las historias de sobrevivencia no siempre son televisadas. El día de ayer me tocó un largo día por Santiago, y en cada farmacia Ahumada que pasaba estaban sus trabajadores en huelga. En la que se encuentra en Manuel Montt se leía un mensaje que hacía alusión a esto: "estamos vivos, los 800". El mensaje era claro: frente a la atención mediática centrada en los mineros, bien poco apoyo tendrían a su demanda.
Sin embargo, lo que la sociedad a veces olvida, el mercado no. Las acciones de FASA bajaron como nunca y, según dicen, sería comprada por un nuevo grupo económico. En Holanda con Providencia otra farmacia Ahumada había cambiado pitos y flautas por un gran parlante a la calle, una pachanga callejera, que buscaba llamar la atención y dar felicidad al momento de dolor que viven. ¿Qué es lo que sucede con ellos? Según un estudio de el Mercurio (como dicen por ahí, el cuerpo B es el único que no miente), farmacia Ahumada es la más cara de las farmacias pero sus trabajadores los peor pagados. Sus sueldos base son una vergüenza y todo lo que ganen es por comisiones. Con el fin de tener mejores sueldos, la estrategia de los trabajadores ha sido intentar vender siempre los artículos más caros (por ejemplo, medicamentos de los laboratorios más caros). Los perjudicados, los compradores. Los ganadores no son los trabajadores sino la cadena de farmacias que a más venta, más factura. En esta farmacia había un cartel con una sentencia: "somos trabajadores, no esclavos". No puedo evitar ver las semejanzas con los mineros. Cuántas labores hay en Chile hoy que mucho se parecen a la esclavitud. Estamos felices de que el gobierno y los chilenos y chilenas hayan apoyado esta labor de salvar a los mineros, pero nadie se pregunta por qué están ahí en primera instancia. Así como los medios no cubren a FASA, tampoco reflexionan. Y como en muchas cosas, es necesaria la tragedia (que esta vez de los mineros, no tuvo un triste desenlace como en otras ocasiones), para que nos hagamos cargo de lo que está pasando. Solo espero que cuando todo esto de la huelga termine y la farmacia lance sus super precios para re encantar al público no caigamos. Si alimentamos la esclavitud, estamos siendo en parte, sus verdugos.

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